sábado, 19 de diciembre de 2009

Atrapa cada instante de tus vivencias de tal manera que se conviertan en una bitácora de navegaciòn a lo largo de un delicioso viaje. Si nada ocurre, en apariencia, no hay nada que contar. El silencio es suceptible de ser narrado. Los sucesos de toda índole también lo son. Este es un buen pretexto para acostumbrar la libreta de notas, el diario intimo con sus entradas, la epístola como elemento básico de recordación, la tertulia como opción propia o para otros. Ver, en la cotidianidad, es leer en los párrafos de los sucesos inesperados, en las costumbres, en la historia local, en un universo sin límites. Un inventario, asi sea contable, es un poema, un cuento corto, una novela larga calificable en cualquier género. Las columnas del debe o del haber el saldo son un camino aplicable a la vida de relación. Una regla de tres puede contener tantas historias como plantillas o formatos para acomodar sucesos. Las éticas y las estéticas, las leyes, los ordenamientos, las costumbres tienen potencial literario como el oulipo. Recorrer un camino es escribirlo, intentar una disciplina es asumir una historia, el requiebro amoroso o el piropo son la génesis de una historia de amor o una novela. Orar, meditar, renunciar son literatura de camino como llegada o de partida. La autobiografía es el deseo de contarle a otros la erótica de nuestra travesía. Este texto es un enunciado personal con carga literaria. Revelo intenciones abiertas u ocultas que no comprometen ni denuncian.

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