viernes, 15 de enero de 2010

SAMARITANO

En medio de un torrencial aguacero el samaritano recogió, en su auto, a una anciana que se desplazaba, en compañía de un niño, a su ciudad de origen. Al subir al vehículo, como aceptación del ofrecimiento, la anciana exclamó con gran seguridad y dueña de sí: -“¡No sé si estuve muy de buenas o muy de malas!-“
El desenlace de su gesto le permitió una necesaria y profunda reflexión.

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